El tiempo pasa, pero los recuerdos se quedan. Por mucha ola de calor que nos haya caído encima, los únicos recuerdos de olas que tendremos guardados a buen recaudo para sobrevivir hasta el verano que viene son los de espuma blanca sobre esos cuerpos bronceados. Chapuzones en el Mediterráneo entre mojitos y piñas coladas, brisa fresca en el Cantábrico entre mar y montaña. Desayunos de sandía y meriendas de melón; pamelas chic en la playa y bikini de rayas. Soles dibujados con crema bronceadora en su espalda, sonrisas frescas de chiringuito. ¡Ay, amores de verano!
Bueno. ¡Basta ya! Despertemos del sueño veraniego porque nuestro amigo otoño nos saluda para acogernos los próximos tres meses. ¡Esto se acaba! Pero, no pasa nada. El otoño es una de las épocas más especiales del año, la más romántica sin duda, la más bucólica y la más mágica de las cinco. Mientras nos despedimos del verano esto es difícil de ver, ¡lo entendemos! Pero sabéis que es así.
Al igual que nos preparamos para la entrada del verano, allá por aquel mes de junio, ahora tenemos que ponernos las pilas para empezar el otoño. Porque, amig@s, el verano tiene sus consecuencias. Después de la época estival, el cuerpo necesita renovarse. ¿Alguna vez habéis pensado en las consecuencias que los excesivos rayos ultravioleta, el calor y/o el cloro de la piscina tienen sobre nuestro cuerpo? Y ahora es cuando todos esos perfectos recuerdos veraniegos hacen ‘¡boom!’
Primeras consecuencias. Notaremos la piel más deshidratada, con falta de tono, apagada, más rugosa y gruesa, sobre todo, si no hemos seguido los consejos y tomado las medidas correctas con el sol (y en Senze os hemos dado unas cuantas pautas. Guiño, guiño). ¿La razón? La luz solar afecta a la producción de lípidos y queratina, elementos que contribuyen positivamente en la hidratación. También podremos notar manchas y envejecimiento cutáneo -”hola a mi vida arrugas”-.
El aumento de calor y la humedad típica de algunas zonas en verano puede ocasionar una mayor producción de sebo ocasionando poros obstruidos y acné. Algo a lo que también contribuyen -pese a sus muchos, muy buenos y necesarios beneficios- los protectores solares, bien porque no elegimos la textura adecuada o porque no nos limpiamos bien la piel, dejando residuos en ella.
No vamos a empezar estación deprimidos ni a fulminar todos esos bonitos recuerdos de verano por algo que ¡tiene solución! Gracias a una serie de tratamientos de medicina estética podemos revitalizar la piel, recuperar textura, naturalidad, brillo y juventud.
Eliminar células muertas y toxinas, revitalizar la piel y dejarla en un estado óptimo, nutrida y con plena belleza natural. ¡Este es nuestro objetivo!
Aunque os los iremos desgranando uno a uno, os dejamos por aquí un buen resumen para que vayáis tomando nota.
¡El otoño no tiene que ser aburrido! Es otro momento perfecto para dar ese paso al frente y realizar aquello en lo que llevamos pensando hace tiempo. El fin del verano, es cierto, nos trae mucha melancolía, pero también la oportunidad de comenzar con nuevos tratamientos que se unen a los anteriores: eliminación de arrugas, embellecimiento y aumento de labios, aumento de pómulos…
¿Sabéis qué significa otoño?
Comienzo y cambio.
¡Ahí lo dejamos!
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